lunes, 19 de marzo de 2012
lunes, 6 de febrero de 2012
revisionismo histórico
Charla con mis sobrinos:
- cuando a vos se te cayeron los dientes, el Ratón Perez ya había nacido?
- claro que había nacido!
- y qué cosas no existían cuando vos naciste?
- Bueno... (pienso) no había internet, no había celulares, no existía el DVD ni el MP3, no había autitos a control remoto (o al menos en el barrio no los conocíamos), no había televisión por cable, no teníamos computadora, ni microondas...
- y... ¿las casas? ¿existían?
- sí, las casas existían.
- y... ...¿el pasto? ¿existía?
- Sí, existía el pasto.
- Ah, tía, entonces todavía sos adolescente...
- y... yo diría que...
- perá, perá... El Ratón Perez ya había nacido, ¿no?
- Sí, ya había nacido, y nos dejaba la plata debajo de la almohada.
- ¿Para construir su castillo?
- ¿cómo para construir su castillo?
- Sí, porque el Ratón Perez hizo su casa de palos, y se voló con un viento... Después la hizo de ladrillos, y se voló con un viento... entonces su novia, Ratona Pérez, le dijo que la hiciera de dientes, y por eso los compra.
(imagen: expocuento.blogspot.com)
sábado, 4 de febrero de 2012
jueves, 2 de febrero de 2012
Dejarse sorprender
"- Si pudiera volver a vivir su vida, Dolina, ¿qué cosas cambiaría?
- Mire, yo no puedo contestar esa pregunta, y voy a explicarle por qué. Las cosas que más felicidad me trajeron en el mundo fueron aquellas que no deseé: Mis hijos. Jamás en la vida planeé tener hijos, y sin embargo ellos me han propiciado la mayor de mis felicidades. Por lo tanto no puedo fiarme de lo que deseo, porque de haberse cumplido me hubiese privado de mucho".
- Mire, yo no puedo contestar esa pregunta, y voy a explicarle por qué. Las cosas que más felicidad me trajeron en el mundo fueron aquellas que no deseé: Mis hijos. Jamás en la vida planeé tener hijos, y sin embargo ellos me han propiciado la mayor de mis felicidades. Por lo tanto no puedo fiarme de lo que deseo, porque de haberse cumplido me hubiese privado de mucho".
Esto, más o menos, dijo Dolina hace un año cuando lo fui a ver. Me deslumbró. El tipo duda de su capaciad deseante, y apuesta a aquellas cosas que nos están deparadas, o no, aun sin que lo sepamos. Muchas veces intentamos buscar respuestas en lo que tenemos a mano en este momento, en lo que ya conocemos, en las herramientas que tenemos hoy, en el día a día, sin darnos cuenta de que quizás las respuestas que (des)esperamos vendrán con las preguntas que no nos nos hemos formulado todavía...
Basta pensar todos esos encuentros "casuales", en esos momentos que te cambiaron la vida sin que los buscaras, en esas cosas que no esperabas, y sin embargo, te hicieron sonreir.
"El universo ya está trabajando en ello".
Eso me calma. Al menos hoy.
domingo, 29 de enero de 2012
de vidas y otras cosas...
Yo no sé si en otra vida fui luciérnaga, musgo o langostino.
No sé si fui hombre, ciervo o dinosaurio.
No sé si morí como una hormiga, justo en medio de aquel sueño, en una flor.
No sé si he sido feliz, si he estado triste o sido nube.
Tengo, te confiezo, algunas cosas de pájaro, heredadas sin duda de otros tiempos, y dos o tres sueños que insisten desde siempre.
En resumen: yo no sé si tenemos más de una vida.
Tengo pedacitos de recuerdos de este tiempo, y una colección de olvidos que guardo bajo llave. No sé si voy a volver a nacer, ni sé cuánto me quede por acá. Simple-mente sé que la vida es un estado bastante precario, el principal factor de riesgo de morirse. Estadísticamente, estar "muertos" es un estado bastante más probable que estar "vivos", y eso nos imprime una responsabilidad enorme (sin mencionar que a veces se muere en plena vida). Nacemos con una fecha de vencimiento que no está impresa al dorso, y por eso nos creemos inmortales, o acaso lo somos...
La única certeza que me queda es pretendo hacer con este tiempo algo que valga la dicha, porque ya estoy un tanto harta de las penas.
No sé si fui hombre, ciervo o dinosaurio.
No sé si morí como una hormiga, justo en medio de aquel sueño, en una flor.
No sé si he sido feliz, si he estado triste o sido nube.
Tengo, te confiezo, algunas cosas de pájaro, heredadas sin duda de otros tiempos, y dos o tres sueños que insisten desde siempre.
En resumen: yo no sé si tenemos más de una vida.
Tengo pedacitos de recuerdos de este tiempo, y una colección de olvidos que guardo bajo llave. No sé si voy a volver a nacer, ni sé cuánto me quede por acá. Simple-mente sé que la vida es un estado bastante precario, el principal factor de riesgo de morirse. Estadísticamente, estar "muertos" es un estado bastante más probable que estar "vivos", y eso nos imprime una responsabilidad enorme (sin mencionar que a veces se muere en plena vida). Nacemos con una fecha de vencimiento que no está impresa al dorso, y por eso nos creemos inmortales, o acaso lo somos...
La única certeza que me queda es pretendo hacer con este tiempo algo que valga la dicha, porque ya estoy un tanto harta de las penas.
miércoles, 25 de enero de 2012
Marcha (vendimial) de la bronca
Ayer fueron las candidatas a reinas de la vendimia a visitar a los chicos del hogar de niños.
Por suerte no estuve presente, pero me contaron de lo impactadas que se fueron las majestades al ver "tanto sufrimiento". Todas se comprometieron a "trabajar por la infancia" y a "tender puentes solidarios". Me las imagino llegand, bajándose de la traffic con su sonrisa candidata, la cual se debe haber disipado a medida que tocaban el suelo real (no de realeza, claro).
El tema me dejó pensando... Soy una creyente y practicante de lo que entendemos como "solidaridad", aunque a veces me cuestiono el cómo y el desde dónde.
Sí, todo el mundo dijo lo que estás pensando: "qué tipa enroscada! se sacaron fotos con los chicos y ellos estuvieron contentos!" y no creas que no me pregunto por qué tendré que cuestionar todo... y no creas que no quisiera ser más simple a veces...
El tema es que me molesta que se haga marketing con los pibes, que los expongamos así porque está "re bueno preoucparse por los chicos", y mucho más por los "necesitados" (palabra que odio. Todos somos necesitados de algo).
Me molesta que se traten estos temas una vez al año, como al pasar, y que no se interesen realmente en qué se hace y cómo se puede colaborar...
Mientras tanto los chicos las miran desde adentro, viendo las capas alejarse. "Van a volver, me dijeron que van a volver".
Disculpe su señoría, mantantiru tiru la... esto también es la vida. Disculpe si la horroriza esta que no es su tristeza. Disculpe si no le ofrecemos los aperitivos a los que está acostumbrada. Acá los días transcurren así. Muchos de los papás de estos chicos trabajan en la cosecha que usted y yo festejamos como "vendimia" allá en el anfiteatro, con luces y cámaras internacionales...
Pero ya ve, su señoría, mantantiru tiru lá...la fiesta no es pa´ todos...
Pero como sí es su fiesta y la de los que nos visitan, ese día la vamos a estar aplaudiendo, y al día siguiente, después de que gane por ser tan bonita y hablar inglés, la vamos a estar esperando con un bizcochuelo de chocolate... Quizás "ese día"(?) podamos empezar a trabajar "por la infancia".
Sino, descuide, su señoría... esperamos a su sucesora el año que viene, para llenarnos, una vez más, los bolsillos de promesas
Perdonen, ché. Hoy estoy enojada.
Por suerte no estuve presente, pero me contaron de lo impactadas que se fueron las majestades al ver "tanto sufrimiento". Todas se comprometieron a "trabajar por la infancia" y a "tender puentes solidarios". Me las imagino llegand, bajándose de la traffic con su sonrisa candidata, la cual se debe haber disipado a medida que tocaban el suelo real (no de realeza, claro).
El tema me dejó pensando... Soy una creyente y practicante de lo que entendemos como "solidaridad", aunque a veces me cuestiono el cómo y el desde dónde.
Sí, todo el mundo dijo lo que estás pensando: "qué tipa enroscada! se sacaron fotos con los chicos y ellos estuvieron contentos!" y no creas que no me pregunto por qué tendré que cuestionar todo... y no creas que no quisiera ser más simple a veces...
El tema es que me molesta que se haga marketing con los pibes, que los expongamos así porque está "re bueno preoucparse por los chicos", y mucho más por los "necesitados" (palabra que odio. Todos somos necesitados de algo).
Me molesta que se traten estos temas una vez al año, como al pasar, y que no se interesen realmente en qué se hace y cómo se puede colaborar...
Mientras tanto los chicos las miran desde adentro, viendo las capas alejarse. "Van a volver, me dijeron que van a volver".
Disculpe su señoría, mantantiru tiru la... esto también es la vida. Disculpe si la horroriza esta que no es su tristeza. Disculpe si no le ofrecemos los aperitivos a los que está acostumbrada. Acá los días transcurren así. Muchos de los papás de estos chicos trabajan en la cosecha que usted y yo festejamos como "vendimia" allá en el anfiteatro, con luces y cámaras internacionales...
Pero ya ve, su señoría, mantantiru tiru lá...la fiesta no es pa´ todos...
Pero como sí es su fiesta y la de los que nos visitan, ese día la vamos a estar aplaudiendo, y al día siguiente, después de que gane por ser tan bonita y hablar inglés, la vamos a estar esperando con un bizcochuelo de chocolate... Quizás "ese día"(?) podamos empezar a trabajar "por la infancia".
Sino, descuide, su señoría... esperamos a su sucesora el año que viene, para llenarnos, una vez más, los bolsillos de promesas
Perdonen, ché. Hoy estoy enojada.
martes, 24 de enero de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
martes, 17 de enero de 2012
mis rutas
Hoy fui caminando a trabajar... Bueno, es un decir.
Rectifico: hoy me tomé un micro en la puerta de mi casa, viajé 13 minutos, llegué a la terminal, me tomé otro micro para alejarme de la ciudad, viajé 1 hora, llegué a la terminal del pueblo, me tomé otro micro para alejarme del pueblo, viajé 16 minutos y finalmente: me fui caminando a trabajar.
Aunque sigo resfriada te juro que la mañana olía a lluvia, a menta y a temprano.
lunes, 16 de enero de 2012
Querer ser otr@
Según Borges, "(...) estos disolvedores benéficos —empezando por David Hume— argüyen que una persona no es otra cosa que los momentos sucesivos que pasa, que la serie incoherente y discontinua de sus estados de conciencia. B, para esos disolventes, no es B. Es, imaginemos: mirar distraído un farol + apurar el paso + reconocerse en el espejo de una confitería + deplorar que uno no puede enviarle alfajores a tal niña en tal calle + figurarse con algún error esa calle + rectificar el ángulo del chambergo+ tener frío + pensar en la hora + cerciorarse que uno estaba silbando + no dar con el nombre de la tonada + ver un carro + dejarlo pasar + comprobar que uno de los troperos es malacara y que le han puesto encima una lona + saberse de golpe misteriosamente feliz o misteriosamente abatido + saber que lo que uno está silbando es norteamericano y que Myriam Hopkins lo canta + figurársela de frente a la cara de Myriam Hopkins y no poder figurársela de perfil + atravesar la calle San Luis [siempre San Luis...] o será Viamonte + oír retumbar dos campanadas que uno se imagina altas + tener frío y sueño + buscar la luna en el cielo + etcétera".
Tres observaciones:
1. Borges es yo cuando escribió esto. Reconozco que me asusté un poco cuando me fui descubriendo en la secuencia de momentos por los que había pasado treinta segundos antes de leer ese cuento. Exeptuando los alfajores, a Myriam Hopkins, al chambergo y al carro, el tipo estaba hablando de mi, con campanadas y todo en ese preciso instante.
2. Si hoy soy la suma de los momentos sucesivos que pasé, quiero volver a ser la que era, cuando Borges era yo en una plaza con palomas...
3. (y aun más grave) si tuviese que definir cuáles serían los momentos sucesivos que pretendo me definan no sabría por donde empezar.
(Foto: Emilce Maldonado. Colectivo Fotográfico DesVel0 - http://colectivodesvelo.wordpress.com/)
domingo, 15 de enero de 2012
Lluvias
Llueve, y todavía es domingo, y me encuentro un poquito sin buscarme, y justo ahí se corta la luz, y qué hago ahora... mejor saco fotos de la lluvia, y pongo un trapito amarillo en el balcón para que no se meta el agua, porque aunque sea pintorezco después tengo que limpiar, y las gotitas hacen olas en el balcón, el trapito no resiste, y mi costumbre de andar descalza empieza a dejar huellas negras en todo el piso blanco, y qué me importa! Parpadea la batería de la cámara, y yo sin sueño, sin luz, sin pilas y sin gato (qué hará ahora, con tanta lluvia?) una foto más... y otra... y dibujo con luz las luces del cielo porque está oscura la casa, entre otras cosas. Podría salir -amo la lluvia- caminar hasta la plaza y foto-grafiar los murales bajo el agua... necesitaría un paraguas, no para mí, sino para la cámara, y en ese preciso instante me acuerdo del paraguas que no compré en Montevideo, transparente y soñado, muy al estilo La Maga. No lo compré, porque ¿cuándo llueve aquí? hoy, por ejemplo, hoy llueve y yo sin mi paraguas transparente y soñado estilo La Maga para fotografiarlo desde abajo... y qué hará ahora, con tanta lluvia? y qué haré ahora, con tanta lluvia? y ojalá supiera dibujar para grafiar de algún modo mi paraguas transparente y soñado debajo de esta lluvia... Y vuelve la luz... y la casa, entre otras cosas, sigue oscura.
miércoles, 11 de enero de 2012
Síndrome post-vacacional
Desde que tengo memoria, siempre me altero en los viajes... Siento que algo en mi cambia, que ya no voy a ser la misma. Este estado es de duración variable, y depende, entre otras cosas, de la profundidad real del cambio. No obstante creo que mis viajes han sido todos de ida, aunque los pasajes de regreso mientan al respecto...
Siento que no es estar "de vuelta" sino "de nuevo" en casa, porque algo se renueva o nace...
Hay algo en mí que no puede seguir viviendo como hasta ahora, ¿y cómo hacerlo? si tengo mil paisajes nuevos en los ojos, quince almas nuevas en la vida, diecinueve ideas de cómo estar mejor conmigo misma y tres de cómo estarlo con el planeta, siete inventos artesanales, trescientas cuarenta y ocho fotos, tres acentos regionales distintos, doscientos recuerdos y dos olvidos. Incorporé también una ampolla en el pie derecho de tanto caminar, un par de ojotas, mil sonrisas y veintiocho risas, cuatro hallazgos musicales...También, por qué no decirlo, un pedacito de piel menos en el hombro izquierdo producto de una tarde de sol y descuido, un arito muy hippie y macramé nuevo en cada oreja, una pulsera muy multicolor y ecuatoriana menos en la muñeca izquierda, tres recetas nuevas, dos huequitos en los dedos, trece sabores distintos que quisiera recordar por siempre, dos delirios nuevos y diez sueños engendrados en 5 camas distintas -más por viajera sin plata que por promiscua, no?- Pero también una nostalgia gigante y multicolor en algún lugar entre el alma y el esternón que se asoma a mi ventana, siempre invariable. En qué lugar de mi anatomía y/o geografía se supone que tiene que "acomodarse" todo eso? No entran tantos sueños en mi cama.
El tema (y aquí aparece el vacío y la angustia) es que el resto del mundo parece no enterarse de mi cambio de estado. Luego del rutinario y casi retórico: "cómo te fue?!" (con fingido entusiasmo), van a ponerme al tanto de las nefastas noticias laborales (siempre atroces), de las pocas novedades y esperanzas de cambio. Voy a acostumbrarme a la tendencia de tolerar malestares varios en la supervivencia diaria para no morir en el intento... Voy a volver a caminar por la calle sin saludar al pójimo próximo, y a tomarme el bondi con sueño acumulado.
Voy a volver a mi casa, teniendo la puta sensación de no saber donde quiero estar:
la casa sigue igual. Resulta dificil sorprenderse en el barrio, y no me pregunto ¿qué habrá detrás de esta puerta? ni ¿a dónde iré hoy?
La ropa va a quedarse quieta en la soga, muy sin mi, y los recuerdos van a volverse inmoviles, quizás por la excesiva mentalidad fotográfica que he (de)generado últimamente... Todo menos yo va a seguir igual...
Siento que no es estar "de vuelta" sino "de nuevo" en casa, porque algo se renueva o nace...
Hay algo en mí que no puede seguir viviendo como hasta ahora, ¿y cómo hacerlo? si tengo mil paisajes nuevos en los ojos, quince almas nuevas en la vida, diecinueve ideas de cómo estar mejor conmigo misma y tres de cómo estarlo con el planeta, siete inventos artesanales, trescientas cuarenta y ocho fotos, tres acentos regionales distintos, doscientos recuerdos y dos olvidos. Incorporé también una ampolla en el pie derecho de tanto caminar, un par de ojotas, mil sonrisas y veintiocho risas, cuatro hallazgos musicales...También, por qué no decirlo, un pedacito de piel menos en el hombro izquierdo producto de una tarde de sol y descuido, un arito muy hippie y macramé nuevo en cada oreja, una pulsera muy multicolor y ecuatoriana menos en la muñeca izquierda, tres recetas nuevas, dos huequitos en los dedos, trece sabores distintos que quisiera recordar por siempre, dos delirios nuevos y diez sueños engendrados en 5 camas distintas -más por viajera sin plata que por promiscua, no?- Pero también una nostalgia gigante y multicolor en algún lugar entre el alma y el esternón que se asoma a mi ventana, siempre invariable. En qué lugar de mi anatomía y/o geografía se supone que tiene que "acomodarse" todo eso? No entran tantos sueños en mi cama.
El tema (y aquí aparece el vacío y la angustia) es que el resto del mundo parece no enterarse de mi cambio de estado. Luego del rutinario y casi retórico: "cómo te fue?!" (con fingido entusiasmo), van a ponerme al tanto de las nefastas noticias laborales (siempre atroces), de las pocas novedades y esperanzas de cambio. Voy a acostumbrarme a la tendencia de tolerar malestares varios en la supervivencia diaria para no morir en el intento... Voy a volver a caminar por la calle sin saludar al pójimo próximo, y a tomarme el bondi con sueño acumulado.
Voy a volver a mi casa, teniendo la puta sensación de no saber donde quiero estar:
la casa sigue igual. Resulta dificil sorprenderse en el barrio, y no me pregunto ¿qué habrá detrás de esta puerta? ni ¿a dónde iré hoy?
La ropa va a quedarse quieta en la soga, muy sin mi, y los recuerdos van a volverse inmoviles, quizás por la excesiva mentalidad fotográfica que he (de)generado últimamente... Todo menos yo va a seguir igual...
"Es día de frío y llegas a casa
vienes de la tarde
cansada de un jueves
los muebles tu perro y millones de ojos
están como siempre esperando tu vuelta
en la que presientes que nada ha cambiado
te espera lo mismo, el sueño ha pasado" (Silvio, siempre Silvio).
Será como decís, que "irse" es sinónimo de "partir", y yo voy dejando pedacitos mios en cada lugar que visito y vivo... También me traigo pedacitos de mundo, de todos colores, los tengo desordenados en la cartera y en el cuerpo y eso me hace son-reir...
Habrá que enfrentar la "putina" de nuevo, aunque con la secreta y deliciosa sensación de haberme encontrado un poco más a mi misma :) . Esta libertad recientemente inagurada y ese descubrimiento suponen un desafío: que el cambio pedure en mí, aunque me quede quietita por algunos días.
Habrá que enfrentar la "putina" de nuevo, aunque con la secreta y deliciosa sensación de haberme encontrado un poco más a mi misma :) . Esta libertad recientemente inagurada y ese descubrimiento suponen un desafío: que el cambio pedure en mí, aunque me quede quietita por algunos días.
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