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miércoles, 20 de octubre de 2010

ocultolandia


Vistas desde afuera las puertas dicen poco. La calle en sí es peligrosa y sucia, y esa vereda sur no la salva de semejantes adjetivos. Un par de firuletes dibujados tímidamente y al azar, y un poco de mugre que no resulta nisiquiera pintoresco. No mucho más. Pero como todas esas secretas emociones que se nos tienen preparadas (¿...?), lo mejor está del otro lado. Apenas cruzar la puerta alcanza para darse cuenta de que uno ingresa a otro mundo, en otro tiempo, con otra gente.
Podemos observar a mano derecha una habitación de 3mts por 4 mts donde tres sujetos de sexo masculino y un cuarto sujeto de sexo indefinido despliegan actividades lúdicas similares a las cirsences. Se observan los siguientes elementos, a saber: monopatin rodado 25 (?) con pedales (dos) (uno de cada lado). Banderas multicolres (violetas, verdes y rojas). Un olor un tanto sospechoso sobre-vuela el lugar -se sospecha actividad ilícita en grado de tentativa-.
Si se continúa por el pasillo que corre de norte a sur, (pero en este momento no corre sino que se ha detenido), se observa otra habitación, cuya puerta permanece cerrada y que esconde sin duda alguna el misterio del universo y de sus alrededores.
En tercer lugar se llega a la cocina, habitáculo cuyos bártulos están hechos, en su mayoría, de latas en desuso cuyas características violan al menos 8 artículos del código de salubridad de los alimentos, potencialmente peligrosas de contagiar todo tipo de bicho que se le ocurra a uno (y los que no también).
Luego se llega a una galería (ahhh... la galería) y se encuentra a una especie de sensei sentado entre enredaderas... "¿así que quieren exponer acá? Bienvenidos.
El lugar es chico, pero entran muchas fotos". Una vez allí, el mundo de afuera, la calle, sus mugres y peligros quedan afuera... pero en un afuera que no solamente es espacio...
Cosas como estas te van a pasar si caminás por la ciudad de noche...(pienso y son-rio).
No es un sueño, señores, no lo es... !!! aunque eso parezca hoy, luego de tanto despertador aturdiendo mi mente y luego de tanta tarea monótona desplegándose por ahí...
Y ahora que lo pienso, por eso te escribo, mundo, para salvarte de las telas de la rutina.

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