domingo, 23 de enero de 2011
Duerme-vela
Dormí vos que podés... Que una de las dos duerma la noche.
El insomnio habitual se apoltrona, seguro en su victoria, y me vigila desde ahí. Me da estas horas-demoras de ventaja, las cuales gasto y deshojo describiéndolo, como si a fuerza de nombrarlo o enfrentarlo fuese a alejarlo (pero sé que no va a irse esta noche...).
Me atropella el recuerdo de tu nombre, flotando en el aire de la tarde. Me distraigo un rato con tu luz, con el dibujo que tu luz hace en el mundo de mi noche. Me seduce y espanta esa capacidad tan tuya de ascender los simples objetos, los habituales objetos de mi entorno, a sombras preciosas e intangibles. Me hipnotizan las siluetas que se recortan en la madera del placard semi abierto (parecen personajes de la noche que quieren entrar o salir de algún lado).
Baila tu luz y ya no pienso, solo te observo mientras no fumo un cigarrillo, aunque quisiera. El techo parece incendiarse y todo es naranja: estaría muy bien dormir un poco, antes de que la madrugada..., y el día... y todo de vuelta y no de nuevo. De vuelta, como este insomnio circular de noche a noche...
Pedacitos tuyos se apuran en caer, se amontonan, se asoman y se tiran rodando, como una lágrima o como una gota de lluvia afiebrada de enero (nunca es febrero, todavía). Sos sensible a mi aliento, sos frágil, sos fugaz.
Sé que no se va mi con tu luz mi desvelo
sé que el sueño no viene con el humo.
Dormí vos que podés, que una de las dos duerma esta noche... Yo prometo cuidarte desde esta orilla de vigilia, voy... a... cuidar... tu... sueño... en... voz... (muy baja)
jueves, 6 de enero de 2011
Tristeza del Cronopio (la verdadera) - perdón Julio.
No, no.
Eso entristece al cronopio con una pena salena que debe ser muy violeta y algo húmeda... Esa es la pena que lo hace suspirar, y que des-espera a las esperanzas que quieren levantarlo, aunque más no sea para que baile, pero nunca tregua ni catala... Pero en realidad (¿?) no es esa LA pena del cronopio (aunque muy violeta y algo húmeda...).
Camina entonces cronopio apenado, alejándose de la hormiga roja -que a su vez acaba de descubrir que es mentira que pienso, luego existo-.
Piensa, cronopio piensa: si mundo des-tiempo... entonces... ¡¿solo espacio?!, pero espacio sin tiempo, eternidad -que suena a muerte (a veces sinónimos). Camina, entonces, cronopio por su mundo de espacios, d-espacio, llegando pronto a todos lados... pero en verdad, llegando tarde (pues las esperanzas se han ido ya).
Des-espera al cronopio (sin tregua ni catala) que la vida se esconda justisimamente ahí, en esos 5 minutos que lo separan del tiempo del mundo, y es por eso que de vez en cuando - cuando ve una flor azul - corre cronopio hacia adelante -porque confunde adelante con futuro-, corre para ver si así puede corregir ese error, y salir de esa soledad que lo humedece, de ese presente tan pasado, y puede por fin encontrarse con las famas, en Corrientes y a las 11.20... Pero siempre 11.15, cronopio, siempre 11.15...y es por eso que vemos a cronopio -y a la hormiga- sentados en el cordón de la vereda, suspirando a des-tiempo, en mi menor.